Entren
Sáquense la cabeza y pónganla en sus rodillas
Nacimos malditos
Nacimos sin control
De nuestro animal
Somos la paradoja final de nuestras obras
hay algunos momentos en los que se pierde uno de sí mismo, estos poemas representan eso, el sentirse ajeno, parte de nada
Entren
Sáquense la cabeza y pónganla en sus rodillas
Nacimos malditos
Nacimos sin control
De nuestro animal
Somos la paradoja final de nuestras obras
Todos los días
Los limites se extienden tanto
Que las ventanas
Están tan equivocadas…
Todos los días
Todas las noches
Está mucho mejor
Mucha más lucha
Todos los días
Le aúllan las lunas
Todas las noches
Son cada vez
Más días
Y no hay nadie
Nada
Está seco
vacío
Todos los días
Todas las noches
Un prostituto secreto
tiene un cuchillo muerto
en la mano
“d i c e n q u e e n e l b a ñ o
e s t á n v i o l a n d o g e n t e”
Sótano
El lugar oscuro que llama a las sectas
A los hombres mono
Quieren sacarse de encima y
viven entre redes
se acuestan a sufrir
No puede salir la noche
del sótano encerrado
lo recorren Animales sueltos
Un grito
De vidrios rotos
Una lágrima de sudor
Cae desesperada
desde los ojos y el cuello
“¡ s a c i a r s a c i a r s a c i a r !”
“¡ q u e m a r q u e m a r q u e m a r !”
Un silencio se anticipa al espectáculo
Tiburones secretos caminando
“N o s o t r o s p a r a m o s l a s c a l l e s y l o s c o r s o s
V i m o s v o l a r l o s p á j a r o s q u e i b a n y v e n í a n”
una forma del agua
quieta
se nubla
se vuelve olas
podemos decirles
lo que se siente
morder las palabras
que se ahogaban por salir
las del fondo
nunca dichas
las guardadas
las que sufrían su verdad
Y se toma la cabeza ardiente
la reina nocturna
lo ha elegido
“Si se pudiera
si nada se pudiera
simplemente se haría”
tan cansado de patear y que vuelva
de tener que soportar no quererlo
se cayó el trofeo del mueble
se suicidaron las ganas
de tenerlo colgado
y no dormía de solo pensar
que ya al verlo
nadie recordaba sus buenas épocas
y el polvo que lo cubría se hizo cargo y lloró
por ser el cáncer que mata todo
que todo se lleva
pero no pudo irse
por que estaba pegado
y sólo podía
volverlo gris
“¿fibras de carne, dónde?”
“ahí, te chorrean de la boca”
“Ahh, sí… pero no, no tengas miedo
vení
vení
vamos para allá”
(cuidado
el humo de niebla
se quema
el aire
no se oculta)
son
verdes fluorescentes
miran ciegos
y se quedan ahí
esperando su cura
brilla la oscuridad
y desaparece con un chistido
pero no
no existe tal
la buscan
en la sangre
se empapan
pero nunca se curan
cada vez se enferman más
y más
y esos ojos
atentos
de
hambre y dolor
nunca se van a saciar